“Y cuando despertó (la máquina), el dinosaurio (la cruzazuleada) seguía ahí»… (Con el permiso de Augusto Monterroso)
Por Juan Manuel García García
Creo que no hay de otra…
El exorcismo no funcionó y los fantasmas siguen ahí…
¿Entonces, qué hacer en este caso?
Pasar por el diván a los jugadores y cuerpo técnico de la -a veces, pero muy a veces- “Máquina Cementera”…
Me explico: En lo que para la afición seguidora de la divisa azul “esta sí sería la (temporada) buena” ante lo que parecía un año prometedor para la causa cementera, “el diablo metió la cola” y nos endilgó un virus que además de afectar a la humanidad entera por su alta tasa de mortalidad, interrumpió en el fecha diez un torneo que pintaba bien para el Cruz Azul, sin embargo, después de establecer un protocolo para el manejo de la pandemia bautizada como Covid-19, las autoridades sanitarias invitaron a la sociedad al confinamiento en sus hogares y cancelaron toda actividad deportiva y a raíz de ello, la Federación Mexicana de Futbol (FeMexFut) se sacó de la manga la eLiga para entretener durante el receso, a quienes no podíamos acudir a los estadios.
Y cuando por fin se inició en nuevo torneo, llamado Guard1anes 2020 en honor al personal médico que atiende y contiene el avance de la pandemia en nuestro país, nuevamente el equipo cruzazulino ligó una buena temporada que por varias jornadas le permitió encabezar la clasificación y finalmente lo metió a la liguilla en tercer lugar -sólo después de León, a la postre Campeón- y Pumas de la UNAM, donde se enfrentó a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León y los eliminó de la competencia para pasar a la ronda de semifinales, donde en el partido de ida en el Estado Azteca, se impuso por 4-0 a los Pumas, en lo que parecía la redención del equipo que, esta vez sí cumpliría el tan anhelado campeonato, peeero…
De nuevo aparecieron la característica parsimonia, la omisión al planteamiento táctico y el pasmo de los jugadores en la cancha y fueron los Pumas quienes se instalaron en la gran final al devolverle el marcador al Cruz Azul y, por ende, con el empate global, avanzar por su mejor posición en la tabla, lo que, obviamente, afectó a la dolida afición, que una vez más, atestiguaba como el equipo fracasaba en su intento de sumar un trofeo más a su vitrina y ligando ya 23 años sin un título de Campeón de liga.
Y si esto no fuera suficiente, ayer cayeron ante el equipo Los Ángeles FC de la MLS por 2-1 en la reanudación de la Liga de Campeones de la CONCACAF y de esa manera agregar “una raya más al tigre” de la decepción y no creo que tenga nada qué ver con lo sobrenatural, con el más allá; más bien creo que tiene qué ver con el más acá: es decir, en la cabeza de los jugadores.
En conclusión, considero que el problema es más bien psicológico, pues parece que quizás en su interior, los jugadores y entrenadores no se sientan merecedores del título que reclama la afición, de ahí que les sugiero a los elementos del plantel y cuerpo técnico llenar las páginas de cuadernos y cuadernos con la siguiente oración: “Sí merezco la abundancia (de títulos)”, ya que no veo por no les pueda dar resultado preparar su mente a cosas buenas sí le funcionó a Karime Macías, la ex esposa de Javier Duarte (javidu para sus cuates), el ex Gobernador de Veracruz, cuyo caso, según parece, sigue perdiéndose en el laberinto de la memoria popular y se encamina, como muchos expedientes del pasado, al paraíso de la impunidad, pero bueno, eso ya es harina de otro costal.
Finalmente, me permití parafrasear uno de los extraordinarios cuentos del guatemalteco Augusto Monterroso para dar título a esta entrega, aunque sé que a la Dra. Rosa Chávez, también colaboradora de este diario, no le gusta que en ocasiones estigmaticemos más a los ya demasiado estigmatizados mexicanos, pero además, me gustaría conocer su opinión respecto a la crítica situación por la que atraviesa el Cruz Azul…
¿Estamos?
Pilones
Otro colega que se nos fue…
El pasado 13 del presente falleció nuestro amigo y periodista contemporáneo Rubén Bautista Inocencio, a quien al igual que a muchos otros, se le identificaba en el medio como periodista “de la vieja escuela”.
A Rubén lo caracterizaba su dedicación, con ese olfato para perseguir la noticia, acucioso, tenaz y perseverante hasta conseguir la nota y lo mismo se desenvolvía en los medios impresos que en radio.
Pese a desarrollarnos en periódicos y fuentes informativas diferentes, hubo un tiempo en el que coincidíamos en la tradicional tertulia de los jueves de El Informador -en la Cantina La Fuente-, donde mis compañeros de ese diario Ángel Fuentes, Joaquín Velasco, Víctor Wario –ya fallecidos-, entre otros, departíamos y compartíamos experiencias y vivencias de la práctica profesional con amigos como Rubén, Federico Marín, Mario Hernández que escribían para otros medios locales de entonces como El Diario, El Occidental y El Jalisciense.
Desafortunadamente, la combinación de mis actividades periodísticas en la fuente deportiva y el ejercicio del servicio público me impidieron continuar con esas reuniones y mantener el contacto con mis colegas como yo quisiera, pero a todos los recuerdo y les envío un abrazo fraternal.
Cuantas páginas del acontecer político escribieron los amigos ya mencionados y que quedaron como evidencia del enorme trabajo periodístico de quienes ya se nos adelantaron en este viaje sin retorno.
Descansa en paz, Rubén Bautista Inocencio…
Festejos en familia
Se viene la Navidad y el cierre de este malhadado año, de ahí que les deseo a mis amigos lectores que pasen estas fechas de la mejor manera posible y hasta donde el protocolo sanitario lo permita, y que afrontemos con la mejor disposición los retos que el 2021 nos depare.
Reciban múltiples abrazos y los invito a mantener la fe y la esperanza en un futuro mejor rodeados de nuestras familias y demás seres queridos.
Nos leeremos de nuevo a partir del 4 de enero próximo…
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