Pero qué necesidad de complicarse el futuro por parte del TRI ante Honduras
Por Juan Manuel García García
Voluntariosos al ataque, pero resultó un dominio sin contundencia…
Estratégicamente, los Catrachos hacían tiempo para desesperar a los Aztecas…
Antes de los penales, México puso en riesgo su regreso a la Copa América…
Pero vayamos partes, como dicen que dijo “Jack, el destripador”: Antes de hablar del aspecto económico –más importante para los directivos que el futbol por sí mismo-, entremos en materia en el plano deportivo, donde después del papelón que hicieron los pupilos de Jaime Lozano en el partido de ida ante los catrachos, la verdad es que literalmente el equipo mexicano solito “se metió en Honduras”, pues ni las manos metió ante un equipo que demostró en la cancha que los partidos no se ganan con saliva, sino con decisión, determinación y carácter, es decir, con coraje deportivo y tómala, que aún mereciendo más, el 2-0 con que decidieron el cotejo a su favor y por lo hecho hasta entonces, parecía inclinar la balanza a favor del equipo centroamericano para el partido de vuelta .
Sin embargo, los papeles se voltearon y ya en el Estadio Azteca, se pudo apreciar otra cara más acorde al futbol que suele desplegar el TRI en casa, es decir, más ofensivo, más incisivo y más contundente, peeeero, en los dos primeros puntos no defraudó, pero en el tercero, en el de la contundencia, la verdad, es que dejó mucho qué desear, al grado que el desánimo, la frustración y el descontento del público se reflejó en el grito homofóbico que tantas sanciones económicas le ha generado a la FeMexFut, de ahí que obviamente, será cuestión de días para conocer la reacción de la FIFA ante esta nueva violación al “Fair Play”, o sea, al Juego Limpio.
Pero ahora sí existe el riesgo de que la sanción ya no sea económica, sino de trascendencia deportiva y la posibilidad que más se menciona es la relacionada con retirarle al representativo nacional la victoria ante Honduras y que sea este equipo el que logre el pase directo a la Copa América y si bien le va a los pupilos de Lozano, éstos lleguen a la opción del repechaje.
La sanción sería dura, sí, pero necesaria para ver si así los pseudo aficionados toman consciencia de que existen otras maneras de manifestar su malestar ante los malos resultados sin arriesgarse a que las autoridades los retiren del inmueble, como puede ser el ausentarse de los estadios en los partidos de la selección, que en mi opinión, sería darles a los directivos donde más les duele porque ante los malos resultados, estarían en riesgo los ingresos por boletaje, por esquilmos en el estadio y lo más importante, el riesgo de perder apoyos por parte de las empresas patrocinadoras.
Como conclusión de este tema, podemos decir que la selección ganó pero no gustó, que la afición reclamó, pero se equivocó en la forma y que como sucede en este tipo de encuentros, aquellas voces que exigían la oportunidad de que Jaime Lozano dirigiera al TRI, ahora dicen que quizás le falta experiencia para el cargo, el caso es que los mismos agoreros de siempre, así como dicen una cosa, dicen la otra por lo que nos recuerdan a “La Chimoltrufia” –aquél personaje interpretado por Florinda Meza en el programa El Chavo del 8, del recordado Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido en el ambiente de la televisión como “Chespirito”-, lo que nos demuestra que su opinión depende del estado de ánimo de su patrón.
Y ahora, entrando al terreno de los negocios una vez más la sabiduría popular señala que “Poderoso caballero es Don dinero”, y no pudo haber sido mejor aplicado este refrán mexicano pues el mismo interés que despertó en los promotores estadounidenses la celebración de partidos en su tierra usando como “gancho” al TRI además de los equipos más populares de nuestro país –como las Chivas y América entre otros- para atraer la atención de los mexicanos radicados más allá del Río Bravo, considerando que éstos no escatiman billetes verdes con tal de ver al representativo nacional o al equipo “de sus amores”, es el mismo que en las tierras sudamericanas motivó a la COMEBOL, la Confederación sudamericana de la FIFA a hacer lo propio y así llenar sus arcas de dinero fresco.
Pero no necesariamente porque haya muchos mexicanos por aquellos lares, sino porque el negocio está en la participación de las empresas patrocinadoras del TRI, ya que representan un significativo ingreso a sus cuentas bancarias, de ahí el interés por volver a abrirle las puertas al futbol mexicano –que ya participaba en los dos torneos más importantes de nuestro Continente: la Copa América y la Copa Libertadores de América, pero este último a nivel de clubes.
Sin embargo, como dicen, “el Diablo metió la cola” y ahora la CONCACAF (Confederación Centroamericana y del Caribe de Futbol) de la multicitada FIFA, ya quieren una rebanada del pastel y para ello condicionaron la partición de los equipos mexicanos en esos torneos organizados por la COMEBOL pero abrieron la misma posibilidad para otros equipos de los países del área a través de la CONCACAF Nations League, torneo que la mayor parte se juega en los Estados Unidos, sede escogida por los países donde se practica el Futbol pero que no cuentan sus equipos con estadios de mayor capacidad.
Entonces, díganme amigos lectores si tengo o no razón al criticar la voracidad de los organismos rectores del deporte –en cualquier disciplina, por cierto- a nivel mundial que se preocupan más por acrecentar sus cuentas en el banco –las cuentas de las federaciones, no sean mal pensados- que por promover el deporte y por dotar a sus representantes en las competencias del vestuario, equipamiento y viáticos suficientes –no sé porque me vino a la memoria Ana Gabriela Guevara- como motivación para que ofrezcan su mejor esfuerzo en la búsqueda de los satisfactores personales necesarios para alcanzar el éxito y, en consecuencia, poner en alto el nombre, en este caso, de nuestro México…
¿Estamos?