Cerró el torneo regular como equipo grande; ahora sólo falta demostrarlo
Por Juan Manuel García García
¿Súper Chivas?…
¿Chivas galácticas?…
¿O súper espejismo?…
Las cosas que uno escucha cuando acontecen eventos contrarios a lo que por costumbre se viven en determinado escenario.
Y tratándose del futbol mexicano, en el caso del Club Deportivo Guadalajara, lo frecuente no era precisamente hilvanar triunfos, de ahí que es de llamar la atención que en el cierre de la temporada regular que terminó el pasado martes, las populares Chivas Rayadas lograron una seguidilla de cuatro cotejos con las pezuñas en alto, sorprendiendo tanto a propios como a extraños, de ahí que los aficionados rojiblancos ya estén utilizando los adjetivos mencionados al inició de esta columna, pues su único anhelo ahora es que el equipo de sus amores logre el ansiado título y así empatar al América, su odiado rival deportivo.
Ah, pero quien tuvo el honor de alentar las esperanzas de la afición con esta hazaña no fue ni el “Rey Midas que solo gana campeonatos con planteles plagados de jugadores extranjeros o naturalizados” ni Marcelo Michel Leaño, su prometedor (por tanto que prometió resultados positivos que regresarían al chiverío a la época del “Campeonísimo”) relevo en el banquillo rojiblanco, sino un DT emergente cuya carrera deportiva inició en las fuerzas básicas del club y después de jugar con el primer equipo, de ahí salió para integrarse a las plantillas de León, La Piedad, Jaguares de Chiapas y Dorados de Sinaloa como los más trascendentes, durante una carrera que duró 15 años como jugador activo.
Pero para la fortuna de Cadena, su experiencia como entrenador en divisiones inferiores de diversos clubes llegó al Guadalajara para dirigir al plantel sub 17, con el que logró el título en el Apertura 2019. Tiempo después se dio su primera aparición como bombero en la institución al relevar a Alberto Coyote en la dirección técnica del chiverío, su filial en la Liga de Expansión, de donde salió para llega al banquillo del primer equipo, o lo que es lo mismo, le tocó “la rifa del tigre”, pues, seguramente, porque no me consta, quien decidió su nuevo encargo lo hizo pensando que ocuparía el puesto en lo que encontraban, ahora sí, al entrenador correcto, pues no esperaban que Ricardo resarciera el daño provocado por Pinky y Cerebro.
Pero para su sorpresa, logró un cierre de torneo perfecto pues desde el torneo Clausura 2016 con el argentino Matías Almeyda en el banquillo no se habían ligado 4 victorias consecutivas, ya que en ese torneo lo hicieron de la Jornada 11 a la 14 venciendo en orden al Monterrey (1-3), a Pumas (4-0), le siguió el Puebla (0-3) y por último al Atlas (1-0).
¿Y qué creen amigos lectores? Que con el papel realizado, este técnico interino no solo “sacó las castañas del fuego” sino que llevó al equipo “al infinito y más allá”, pues al ligar los cuatro triunfos mencionados logró los mismos 26 puntos que América y Puebla, equipos que por su mejor diferencia de goleo, se ubicaron, respectivamente, en cuarto y quinto lugar de la clasificación final del torneo, donde el Rebaño sagrado alcanzó la sexta posición.
Sin embargo, esta ubicación en la tabla le permitirá participar en la reclasificación en calidad de local recibiendo el próximo domingo a los Pumas de la UNAM, algo que ni siquiera Vucetich logró con tooooda su sapiencia, pues aunque también lo llevó al repechaje, lo hizo en calidad de visitante ante Pachuca, equipo que lo eliminó fácilmente en esa instancia, lo que provocó una frustración más entre los seguidores del equipo más popular del futbol mexicano, mismos que desde la salida del mencionado Almeyda, no han contado con un entrenador que acabe con esta temporada de “vitrinas flacas” en el club.
Pero no obstante lo anterior, si tomamos en cuenta que entre los cuatro partidos ganados por las Chivas en la hasta ahora “mini era” Cadena, los Pumas fueron una de las víctimas del chiverío, se pudiera pensar que si ya le ganaron una vez, por qué no repetir la dosis, máxime que mañana tienen los pupilos de Andrés Lillini el duelo de vuelta de la final de la Concachampions en casa del Seattle Saunders, equipo de la MLS que en el partido de ida empató a dos goles en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria viniendo de atrás pues perdían 2-0.
Así que estamos a escasos días de comprobar si están en lo cierto aquellos aficionados rojiblancos que piensan que por haber cerrado el torneo como equipo grande este equipo es una versión actualizada de las Súper Chivas de la época de la Promotora Deportiva Guadalajara -encabezada por Salvador Martínez Garza (qepd)- o de las Chivas Galácticas en las que se suponía que se convertirían con el paquete de refuerzos (¿) contratados por Ricardo Peláez en su primera decisión importante como Director Deportivo del club o si todo fue un sueño con un amargo despertar…
¿Estamos?