Las Chivas, un equipo que ya no puede vivir de ilusiones
Por Juan Manuel García García
Tenía la ilusión de ganar al América…
Y perdió.
Tenía la ilusión de ganar al Cruz Azul…
Y perdió.
Tenía la ilusión de ganar al Puebla…
Y perdió.
Las Chivas Rayadas del Guadalajara no pueden vivir de ilusiones.
Las Chivas Rayadas del Guadalajara no pueden ser la piñata de nadie.
Las Chivas Rayadas del Guadalajara no pueden vivir agachando la cabeza.
No puede ser que la afición del equipo más popular del futbol mexicano se haga presente en todas las plazas de la República Mexicana -y allende el Río Bravo también- con el deseo de ver triunfar a “sus” Chivas y que ni la directiva, encabezada por Amaury Vergara, ni el cuerpo técnico y mucho menos los jugadores, logren satisfacer ese legítimo deseo, el cual ha devenido en mera ilusión.
¿Pero hay responsables de que eso suceda?
Claro que los hay y por orden de importancia, les paso la lista con nombres y apellidos, además de cuál es su responsabilidad en la institución rojiblanca.
Imagínense –por poner un ejemplo- lo que sentiría la afición del Real Madrid y la del Barcelona si sus respectivos presidentes, Florentino Pérez por los Merengues y Joan Laporta, por lo culés, si éstos no acudieran al partido donde se enfrentarían sus equipos en la Liga Española porque uno y otro se fueron a ver otro espectáculo deportivo y dejaron plantada a su afición en sus respectivos estadios.
Sería impensable, porque como cabezas de dos instituciones referentes no solamente del futbol de su país, sino del panorama mundial, su primer compromiso es estar junto con su afición, en las buenas y en las malas, no como aquí, que Amaury Vergara se fue a Las Vegas, Nevada, para ver la pelea del “Canelo” Álvarez frente a Gennady Golovkin mientras su equipo se enfrentaba a su máximo rival deportivo en el llamado Clásico Nacional del futbol mexicano ante el América.
Amaury antepuso un deseo personal al compromiso de acompañar a su afición y su equipo en el duelo donde estaba en juego el orgullo rojiblanco, Así, sin más, sin buscarle la salida barata de tratar de justificar su mala decisión.
Y de los jugadores ¿Qué podemos decir?
Que son irresponsables, faltos de profesionalismo y meros mercenarios que no saben la historia del Club Guadalajara, cuyos blasones se curtieron a base del esfuerzo, la disciplina, la dignidad y la responsabilidad de servir de ejemplo de la juventud mexicana.
Díganme ustedes, amables lectores de esta columna si está bien que jugadores como Alan Mozo y Santiago Ormeño -las más recientes contrataciones- hayan sido sorprendidos, el primero en un bar en plena madrugada, con el director de un medio deportivo, y el segundo, jugando en un casino de Las Vegas a pocos días de su incorporación al equipo y que junto con otros se hayan presentado en un Palenque a media semana –previo a su choque de este domingo ante Puebla- y que les valga un verdadero cacahuate lo que la afición piense ante esta falta de disciplina, responsabilidad, profesionalismo y compromiso deportivo.
Y de Ricardo Peláez, el responsable de aplicar las sanciones a estos jugadores indisciplinados solo puedo decir que es un verdadero ejemplo del directivo que hace como que hace, pero que, de acuerdo con los resultados que ofrece, no hace lo que debería hacer, aunque para algunos aficionados, no hace nada.
Lo peor es que ni unos ni otros han podido superar, por lo menos, la etapa del repechaje en tres torneos consecutivos y en estos dos últimos, ante el mismo rival, el Puebla, que parece que también “ya agarró de su puerquito” al conjunto rojiblanco.
Y la afición se lamenta una y otra vez y en cada inicio de torneo se ilusiona con que de verdad haya “un plan B”, de que en verdad se hagan contrataciones que dignifiquen su estancia en Chivas y de que se conforme un cuerpo técnico con el conocimiento del entorno y la sapiencia para sacar de que cada jugador lo mejor en aras de un funcionamiento lo más cercano a la perfección, pero sobre todo, que no le tiemble la mano para poner orden y disciplina entre los miembros del plantel.
Pero bueno, parafraseando al empresario Alejandro Martí, yo le pregunto como un aficionado más harto del descuido en que tienen al equipo, tanto a Amaury, como a Peláez, al Cuerpo Técnico y a los jugadores, que si no pueden darle un título a las Chivas, RENUNCIEN, uno a la propiedad del equipo y los demás a sus puestos de responsabilidad porque la afición rojiblanca no puede seguir viviendo de ilusiones…
¿Estamos?