Aunque emparejaron la trilogía del Clásico Nacional,
La victoria del América eliminó a las Chivas de la CONCACAF Champions Cup
El 0-3 de la ida fue suficiente para que los capitalinos avanzaran a la siguiente ronda…
En la vuelta, los rojiblancos, exhibiendo una mejoría, se impusieron 2-3 a los de Coapa…
Y en el Clásico del torneo de liga, en casa de las Chivas, terminó con empate 0-0…
No cabe duda que por su convocatoria, el Guadalajara y el América acapararon la atención de los aficionados al balompié -como decían antaño los cronistas y reporteros deportivos- en nuestro país, toda vez que entre los encuentros del torneo organizado por la Concacaf -programados para la ronda de octavos de final- y de la jornada 12 del Torneo Clausura 2023, la audiencia tanto por radio como por televisión y las diversas plataformas de Internet, estuvo más atenta a la celebración de esta trilogía que a los demás eventos programados en los mismos espacios y cuyos comentarios se desbordaron en las redes sociales.
El primer acto comenzó siendo de suspenso, pues tanto los aficionados de uno y otro equipo que acudieron al estadio Akron se comían las uñas porque no sabían cómo iba a terminar este episodio ante el claro dominio del cuadro visitante.
A partir del primer gol, que cayó al minuto 15 por parte de Julián Quiñones por la vía del penal por falta cometida por el mediocampista Eduardo Torres, quien fue amonestado. Con base a lo anteriormente señalado, del suspenso original, los aficionados de las Chivas pasaron al drama, porque los protagonistas de la obra seguían presionando a los pupilos de Gago desde la salida, en una práctica regularmente usada por el conjunto rojiblanco, es decir, a los de casa les estaban dando “una sopa de su propio chocolate”. Por cierto, Eduardo Torres salió expulsado por sumar dos tarjetas amarillas en el partido y eso motivó aún más el desconcierto de los jugadores del Rebaño Sagrado.
Fue así como en la segunda mitad del cotejo, con un rival menos sobre el terreno de juego, las acciones, en honor a la verdad, eran dominadas por el conjunto visitante, tan fue así que llegó el segundo gol por conducto de Diego Valdez a pase de Alejandro Zendejas y posteriormente Henry Martín consiguió cerrar la cuenta con un remate a un balón que rebotó en el travesaño a disparo de Álvaro Fidalgo. Fue un juego de poder -de unos- a no poder -de los otros, que apenas, esporádicamente, llegaban al área contraria en busca del ansiado gol
Para entonces, del drama, tanto el cuerpo técnico como los directivos, aficionados y huestes de Fernando Gago pasaron al terror ante un escenario completamente fuera de control, mientras para los rivales, este primer acto sólo se trató de una mera comedia donde se divirtieron a placer a costa de su odiado rival deportivo, para el cual, solo le restaba buscar cómo modificar el libreto para el siguiente capítulo de esta trilogía.
Segundo acto: Partido de vuelta de la Copa de Campeones de la CONCACAF
Teniendo al Coloso de Santa Úrsula como escenario, el segundo acto de esta obra despertó varias emociones entre los seguidores de uno y otro equipo, pues mientras la ansiedad y la pena hacían mella en el ánimo de algunos de los aficionados rojiblancos y en otros era la esperanza en una mejor actuación que la ofrecida anteriormente, en los azulcremas todo era confianza en repetir la victoria para burlarse otra vez de los seguidores de la divisa rojiblanca.
Sin embargo, para esta ocasión, las Chivas cambiaron el chip de la conmiseración por el de la resiliencia y ofrecieron una actuación con la que buscaron resarcir ante sus seguidores la mala actuación ofrecida una semana antes en el Estadio Akron.
Cabe señalar que el partido no estuvo carente de drama, pues aun cuando un los goles de Cade Cowell y Ricardo Marín auguraban un accionar tranquilo e imponente ante el rival, al final no fue así pues los pupilos de Jardine lograron reaccionar y empatar el juego por conducto del autogol de Alan Mozo y la anotación de Alejandro Zendejas, pero casi inmediatamente después de conseguir el gol del empate, los americanistas recibieron en su portería el gol de Roberto “Piojo” Alvarado que ponía las cifras definitivas en el marcador del Estadio Azteca: 2-3 y a pesar del triunfo, lo doloroso es que fueron eliminados de la Copa de Campeones de la CONCACAF.
Así pues, para la afición de la llamada “Nación Chiva”, la verdad es que le dejaron un buen sabor de boca, alentando con ello la esperanza de que el partido de liga pudiera darles una satisfacción más.
Tercer acto: Un empate con sabor a derrota para los tapatíos
Como colofón a esta trilogía, podemos basarnos en la sabiduría popular cuando señala que “del plato a la boca, se puede caer la sopa”.
Y es que tan seguros estaban en Coapa que su equipo se impondría a las Chivas Rayadas del Guadalajara que apostaban sobre el número de goles que les anotarían, pero una cosa es hablar antes de tiempo porque los partidos hay que jugarlos y hablar sobre el terreno de juego, lo demás, son habladurías. Es soberbia.
Pero hablando del partido, creo que si bien éste terminó con una igualada sin goles, tanto azulcremas como rojiblancos dieron lo mejor de sí para agradar a su afición y a fuerza de ser sinceros, los visitantes estuvieron muy cerca de abrir el marcador en la primera mitad del juego, pero ya fuera por imprecisiones de los mismos jugadores, o su displicencia, que no lograron vencer la portería del “Tala” Rangel.
Para la segunda mitad del cotejo, las cosas se emparejaron y poco a poco comenzó el Guadalajara a posicionarse mejor en la cancha, a cerrar los espacios y generar opciones de peligro sobre la meta de Malagón, que de buenas a primeras ya es considerado por los jilgueros de Televisa como el sucesor de Ochoa, pero para cuando este se retire de la Selección Nacional.
Pero bueno, eso ya es otra historia, por lo pronto y a manera de conclusión, considero que pese al limitado plantel de las Chivas su papel en esta trilogía de Clásicos fue decorosa y aunque el empate del último partido le dejó un mal sabor de boca porque fue relegado aún más de la posible calificación directa a la liguilla, matemáticamente todavía puede aspirar a algo, siempre y cuando encuentre la alineación ideal para superar a los rivales que se le vienen…
¿Estamos?