Ya es necesario un golpe de autoridad de la directiva de Las Chivas
Por Juan Manuel García García
“Otra vez la burra al trigo”…
Ante la reincidencia en las indisciplinas de los jugadores, no hay de otra: es el momento de diferenciar al dueño del circo, de los payasos…
Pues de acuerdo con la nueva evidencia, con las Chivas, ya no hay que preguntar quienes son los jugadores del plantel que son indisciplinados -es decir, que les gusta anteponer la fiesta a su responsabilidad en la cancha-, ahora, lo apropiado sería preguntar cuáles no.
Lo anterior viene a colación porque de nueva cuenta, la directiva rojiblanca decidió separar del plantel a los jugadores Dieter Villalpando, Javier Eduardo “Chofis” López, Alexis Peña y José Juan “Gallito” Vázquez, quienes participaron en una fiesta celebrada después de la victoria conseguida ante los rojinegros del Atlas en el llamado Clásico Tapatío, acción que contraviene el acuerdo entre las máximas autoridades del club y los propios jugadores y que, para no variar, más bien parece haberse pactado que la indisciplina fuera la característica principal en la imagen del club más popular del futbol mexicano.
Me explico: de 2013 a la fecha, son 13 –número cabalístico, por cierto- los jugadores rojiblancos cuyos nombres han trascendido de las redes sociales a los medios de comunicación, lo cual ha afectando su imagen ante la opinión pública, ya que a raíz de esas indisciplinas es que se ha hablado más de ellos que por lo que hacen sobre la cancha.
La lista que presento a continuación incluye, además del nombre, a aquellos jugadores reincidentes, quienes además de haber defraudado la confianza de su directiva, no han cumplido con las expectativas de la afición sobre su desempeño profesional, de ahí que por el mismo malestar, algunos de ellos hayan pasado de la aclamación al repudio popular por sus marcadas indisciplinas.
2013: Marco Fabián de la Mora fue señalado por sus vecinos, quienes a través de las redes sociales denunciaron las escandalosas fiestas que realizaba en su casa hasta altas horas de la madrugada.
2016: Carlos “Gullit” Peña -proveniente del León-, no solamente llegaba con aliento alcohólico a los entrenamientos, sino que lo llegó a hacer en las mismas concentraciones, lo que provocó que despidieran a un empleado del club por esta situación.
2017: Alan Pulido sufrió un accidente automovilístico en horas que debía dedicar a su descanso, de ahí que la directiva tomara medidas disciplinarias por ese motivo.
2018: Javier Eduardo “Chofis” López fue exhibido en las redes sociales -en el mismo horario- cuando departía, en estado inconveniente, en una alberca con un grupo de damas.
2019: Alan Pulido –reincidente- fue captado en un bar acompañado de Alexis Vega y un grupo de amigos con los cuales se encontraban brindando.
2019: Josécarlos Van Rankin, Michael Pérez y de nuevo Javier Eduardo “Chofis” López –reincidente- fueron exhibidos en el festejo del cumpleaños del primero.
2019: Luis Madrigal, quien llegara a las Chivas proveniente del Monterrey en el intercambio por Ángel Zaldívar, también apareció en un video y posteriormente fue regresado a los Rayados.
2020: Uriel Antuna y Carlos “Chicote” Calderón, flamantes refuerzos para la campaña anterior, también estelarizaron sendos videos donde se les aprecia en estado inconveniente y este último, incluso, brindando y cantando al alimón con grupo de música de banda.
2020: Los ya mencionados Dieter Villalpando, Javier Eduardo “Chofis” López –reincidente-, José Juan “Gallito” Vázquez y Alexis Peña.
De acuerdo con lo anterior, Marco Fabián, el “Gullit” Peña, Alan Pulido, Josécarlos Van Rankin, Michael Pérez y Luis Madrigal ya salieron del club, pero la “Chofis” López -el más reincidente-, sigue ahí, pero trascendió que será puesto transferible al final de este torneo.
Por cierto, en esta ocasión no salió el resto de los jugadores a abogar por sus compañeros. Ahora, según parece, serán los involucrados en este -¿último?- caso, quienes deberán “rascarse con sus propias uñas” y velar por sus intereses, lo que, a buen entendedor, significa que “quedaron a la buena de Dios”…
¿Estamos?
El Pilón
Continuando con el tema, el pasado 26 de agosto publiqué en esta misma columna mi opinión respecto a las constantes indisciplinas cometidas por algunos jugadores del Club Deportivo Guadalajara y cuyo texto presento completo a su consideración:
A grandes males, grandes remedios; los jugadores irresponsables de las Chivas merecen un gran escarmiento
Se llegó la hora de demostrar carácter…
Ya es tiempo de “poner los puntos sobre las íes”…
De dejar de ser pusilánimes y “agarrar el toro por los cuernos”…
En síntesis, de poner a cada quien en su lugar porque primero está la imagen de la institución que representan.
Y es que haciendo memoria, no ha sido ni una, ni dos ni tres las faltas al reglamento interno del Club Deportivo Guadalajara cometidas por algunos miembros del plantel rojiblanco que han abusado de la buena fe y la confianza de la directiva las Chivas Rayadas y fallado, sobre todo, a las expectativas de los seguidores del equipo considerando la responsabilidad que implica vestir la camiseta del equipo más popular del futbol mexicano.
Recordarán nuestros amigos lectores que no bien se publicaba mi artículo anterior sobre el carácter y personalidad de Víctor Manuel Vucetich y su conocida postura con relación a la aplicación de la disciplina en el plantel, cuando a través de un desplegado la directiva rojiblanca señalaba la separación del primer equipo de los jugadores Uriel Antuna y Alexis Vega por haber incurrido en un desacato al Código de Ética implementado por Ricardo Peláez, el Director Deportivo de la institución y responsable de su seguimiento.
En dicho documento, que por cierto firmaron todos los jugadores del plantel, incluyendo los refuerzos que se integraron previamente al inicio del torneo Clausura 2020, Peláez les recomendó que tengan cuidado en lo que hacen en sus tiempos libres, que cuiden su carrera dentro y fuera de la cancha anteponiendo la responsabilidad en todos los sentidos y no tengan ningún tipo de distracción en los objetivos trazados y que por ello firmaron un compromiso de comportamiento a cumplir, para que lo tengan presente siempre.
En el caso de Antuna y Vega, aparte de la reincidencia, el mayor agravante tiene que ver con que ambos jugadores acaban de salir de un cuadro de Covid-19 y apenas se habían reintegrado al plantel rojiblanco para ser considerados por el nuevo técnico, al cual, de seguro, para nada le cayó bien el comportamiento de los citados elementos del chiverío.
Porque no sólo faltaron a su compromiso, si no que demostraron tener poco carácter y ningún asomo de la fuerza de voluntad para sustraerse a la tentación que representa el irse de fiesta. Que si era el cumpleaños de Uriel, eso es lo de menos, aquí lo importante es el constatar que lo de ellos ya es un problema serio porque no reparan en exhibirse y manifestar sus excesos, lo cual me recuerda el caso de otros jugadores -como Carlos “Gullit” Peña, por citar un ejemplo- que todavía hoy y pese a las consecuencias que han sufrido por sus desatinos, todavía no enderezan su camino.
Por otra parte, ante la medida tomada por la directiva de separarlos del primer equipo, no tardó en manifestarse el apoyo del resto de los miembros del plantel, quienes solicitaron, a través de su capitán, Jesús Molina, que se les diera ooootra oportunidad, puesto que los jugadores en cuestión ya se habían disculpado con sus compañeros por el error cometido.
Sin embargo, aunque Peláez ya haya dado su anuencia para que los jugadores se reintegren a partir de este día a los entrenamientos, corresponderá a Vucetich tomar la decisión con relación a su futuro y para un servidor, la decisión de referencia será determinante para la imagen del DT rojiblanco, porque por un lado está su imagen de entrenador congruente con su filosofía y, por el otro, lo que la directiva gastó, porque hasta ahora no han dado resultados como para considerar una inversión su contratación, de ahí que los mantenga en la palestra.
En fin, para esta jornada 7 del torneo Guard1anes 2020, nos daremos cuenta para dónde se inclina la balanza: hacia la toma de un gran remedio y se les relega a un segundo plano hasta que sus actuaciones a nivel de cancha ameriten su regreso a la actividad con el primer equipo y se revaloricen para venderlos o, de plano, se rescinda su contrato y se aplique la respectiva cláusula de rescisión con el castigo que su falta amerita…
Deja una respuesta