Con el característico tono de voz de quien habla como si trajera una papa en la boca, la Figurita llega a la “office” -como ella identifica su centro de trabajo- saludando al personal y los presentes le devuelven el saludo al unísono con un hoooola prolongado mientras la secretaria del Director General se dirige al escritorio con su cadencioso paso y mirando de reojo esperando que alguno de los empleados la siga con la mirada.
Todavía no llega a su lugar cuando Amargarita suelta su primera dosis de veneno del día y en voz baja le dice a El Zorro -se había de comprar ropa a su medida, siempre la usa ajustada- y éste solo se limita a decirle, también en voz baja: -usted déjela-.
En eso llegó El Gandalla, quien creyendo que le haría un favor a El Zorro recorrió el corredor preguntando -en tono de burla a quien se iba encontrando en el trayecto a su escritorio- si sabían cómo les había ido a las “Súperchivas” y ni tardo ni perezoso, El Yoda, desde su escritorio, respondió con un escueto “empató”, para enseguida, con una evidente sonrisa que iluminaba su rostro, aprovechó la coyuntura para agregar, lapidario: –pero el Atlas perdió. No pudo ganarle al Puebla que jugó el segundo tiempo con un jugador menos-.
Zas, se hizo el silencio y cuando vio al Zorro menear la cabeza, El Gandalla se dio cuenta de su error, por lo que, haciendo mutis, se fue con la cola entre las patas, cual perro al que dieron de periodicazos.
A media mañana, pasado el trago amargo, El Zorro se preparaba un café cuando El IVA llegó a llenar su bote de agua y con un gesto de preocupación en su rostro le pide su opinión sobre la decisión de AMLO de rifar el avión presidencial y adoptando una postura como quien se prepara para dar un discurso le contestó: -Es un pen…-.
– Dejo la conversación para otro día, licenciado-, le interrumpió éste.
– No. No me dejaste terminar, te decía que es un pendiente más del Presidente la solución a ese problema porque después de un año no se ha podido vender. De hecho, no creo que sea una opción rifarlo, más bien pienso que fue una broma-.
– Pero yo lo vi en la tele y el señor no se estaba riendo, yo sí creo que lo dijo en serio-, ripostó El IVA.
En esas estaban cuando se agregó a la conversación El Eco, quien soltó un “ya me vi”, por lo que intrigados, los primeros solo atinaron a poner cara de ¿what?– Sí, ya me vi llegando a mi pueblo en mi avionsototote-, dijo, mientras sacaba del refrigerador un contenedor con su desayuno. – Válgame, dijo El Zorro con cara de incredulidad, ya parece andancia-. Justo en el momento hizo su aparición la Figurita, quien ya traía consigo un recipiente con sus alimentos y detrás de ella se apareció Amargarita con su portaviandas.
-¿Qué trajiste para desayunar?-, le preguntó a La Figurita, quien sin voltear a la verla y casi en susurros le contestó que ensalada verde con pollo, por lo que enseguida la cuestionó otra vez preguntándole que si de nuevo estaba a dieta y la respuesta, en el mismo tono que la anterior, fue un sí, lo que aprovechó Amargarita para soltar la segunda dosis de veneno: – Pues creo que no te está dando resultado porque se nota que la ropa que traes te aprieta–.
– No queridita, como se nota que estás atrapada en el pasado y no sabes de modas. Estas prendas son para resaltar la figura-, le dijo mientras se ponía de pie y deslizaba sus manos por su cintura y caderas soltando un ¿cómo ves?, para enseguida preguntarle sin miramientos: – ¿Cuántos años tienes, queridita? -.
Sopas. El silencio duró exactamente diez segundos, justo el tiempo que tarda un réferi de boxeo en declarar el nocaut a al rival caído en la tarima del cuadrilátero.
Al terminar ese lapso de tiempo, los varones cambiaron el tema y comenzaron a hablar de futbol, pero antes de que se llegara a tocar de nuevo el tema de la derrota del Atlas, El Zorro abordó el triunfo de Federer, Djokovic y Nadal en el Abierto de Tenis de Australia: -Qué impresionante Federer, a sus 38 años y todavía corre como en sus mejores tiempos y aunque se enfrentó a un jugador mucho menor que él, la verdad es que es como los vinos, mientras más añejos, mejor calidad -.
-Y sí-, asiente El Iva, sin querer ahondar en el tema para no evidenciar su ignorancia, de ahí que súbitamente cambiara a uno que si dominaba, el de la lucha libre: – ¿Si supieron que se murió La Parka?-, preguntó. – Claro, pero eso fue desde la semana pasada-, le ripostó El Eco, quien le iba a seguir la corriente, pero en ese momento llegó La Abeja Reyna y ya todos guardaron silencio.
-Señores- dijo dirigiéndose a estos últimos – necesito que vayan a repartir notificaciones del Director y a usted le pido, licenciado, que preste a uno de sus muchachos para que los apoye. Recordando el mal momento que El Gandalla le hizo pasar horas antes, a manera de correctivo por su despiste lo nombra a él para cumplimentar dicha comisión.
Cuando los señalados se retiraron, la funcionaria aprovechó para servirse un café y en ese momento, la Figurita comentó que el Director General estaba preocupado
porque no sabía si él también tendría que solicitar a la Secretaría de la Defensa Nacional una portación de arma de fuego, considerando que el Gobernador y otros funcionarios así lo habían hecho tomando en cuenta la inseguridad en la entidad.
-No creo-, dijo El Zorro para enseguida agregar –su puesto no es de tanto riesgo como el de los otros funcionarios -.
-Él dice que se siente en riesgo porque ni siquiera escolta le asignaron -, agregó La Figurita.
-Yo voy a platicar con él a ese respecto, pero como usted dice, licenciado, tampoco creo que su vida esté en riesgo como la del Gobernador -, coincidió la funcionaria, quien cuando se llevaba la taza de café a la boca escuchó a Amargarita hacer un comentario: -Como dice ella –señalando a La Figurita: – Yo pienso que es un cu… –
-Cállese -, le interrumpe El Zorro mientras la Abeja Reyna casi se ahoga con el trago de café y La Figurita abre descomunalmente los ojos, sorprendida porque se sintió involucrada en una mentira de Amargarita, quien enseguida agregó: –Por qué me voy a callar, si para mí también, como dice ella, el Director es un cuate a todo dar, una buena persona que no anda metido en broncas como los otros -.
Cuando terminó de hablar, en el ambiente se escuchó un “ahhhh” que soltaron los otros tres servidores públicos y acto seguido, La Abeja Reyna se levantó de su lugar y se encaminó a su oficina llevándose del brazo a El Zorro y dejando a las mujeres solas.
–Te pasas, queridita, estuviste así de cerquita – señalando con los dedos pulgar e índice de su mano derecha casi juntos- de que te corrieran -, dijo La Figurita a Amargarita dándole la espalda, mientras que la susodicha dibujó en su rostro una sonrisa y con las manos hacía la “Roqueseñal” (quien entendió, bueno) justificando su venganza…
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